#GritoPorlaSaludDeLasMujeres

Las mujeres además de los impactos directos y devastadores del COVID – 19, enfrentan otra pandemia, que sigue estando en la sombra y que no ha tenido la respuesta necesaria, urgente e integral que requiere, estamos hablando de la violencia que históricamente ha recaído sobre las mujeres.

Hablemos en cifras, 3287 mujeres fueron víctimas de feminicido en 15 países de América Latina y el Caribe durante el 2018[1] cifra alarmante, pero que también presenta un subregistro por la falta de normativas o de la diversa tipificación que cada uno de los países otorgan a este delito; Centroamérica registra los niveles más altos de feminicidios por cada 100.000 habitantes, siendo El Salvador (6.8) quien encabeza la lista y seguido por Honduras (5.1).

En la mayoría de los países de América Latina, 2 de cada 3 feminicidios se producen en contextos de relaciones de pareja o ex pareja y la violencia machista y de género afecta en promedio a una de cada tres mujeres en lo largo de su vida, una realidad subestimada y que la emergencia sanitaria agrava aún más.

Pero, ¿cuáles son estos agravantes?

  • Las mujeres en situaciones de mayor vulnerabilidad y víctimas/sobrevivientes de violencia pueden enfrentar riesgos aún más elevados u obstáculos adicionales para acceder a servicios esenciales que pueden salvar sus vidas o para huir de las situaciones de violencia.
  • El impacto económico de la pandemia, la pérdida de ingresos o de trabajo afecta de manera desproporcionada a las mujeres en el sector informal y puede generar barreras adicionales para alejarse del perpetrador y denunciarlo debido a la dependencia-extorsión económica.
  • En tiempos de crisis, la explotación sexual y matrimonios forzados suelen incrementarse debido a la falta de recursos para cubrir las necesidades básicas de las familias.
  • Las mujeres migrantes, refugiadas, solicitantes de asilo y retornadas podrían enfrentar mayores riesgos de ser agredidas física, psicológica y sexualmente, debido a la exacerbación de los riesgos, el incremento de la xenofobia, la discriminación, las dificultades de acceso a servicios y la falta de documentación.
  • Las mujeres y niñas con discapacidad enfrentan mayores riesgos de ser víctimas de violencia de género y múltiples formas interseccionales de discriminación, incluyendo el aislamiento social y la pobreza crónica.

Desde la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe – RSMLAC y desde las más de 900 afiliadas en 30 países de la región, exigimos a los gobiernos:

  • Garantizar que las regulaciones de cuarentena contengan excepciones para las mujeres víctimas/sobrevivientes de violencia y sus hijas/hijos.
  • Asegurar que los servicios de atención y respuesta a la violencia contra las mujeres sean de carácter esencial durante la pandemia.
  • Fortalecer la identificación y la atención a la violencia de género por parte del sector de salud.
  • Garantizar que los servicios judiciales prioricen la respuesta a la violencia contra las mujeres y niñas durante y después de la crisis debida al COVID-19, que sigan investigando, procesando y sancionando a los agresores y faciliten el acceso a la justicia a través de mecanismos virtuales y alternativos.
  • Priorizar y reforzar el financiamiento de refugios/albergues/casas de acogida para las mujeres que enfrentan alto riesgo de violencia.
  • Elaborar estrategias de prevención y de respuesta a la ciberviolencia y ciberacoso.
  • Recopilar datos cuantitativos y cualitativos sobre la violencia contra las mujeres y niñas durante la crisis para orientar las soluciones, políticas, medidas de prevención y atención durante y después de la crisis.

No olviden sumarse a la campaña: ¡Grito Global por la Salud de las Mujeres! Y difundir los materiales que ponemos a disposición.

Aquí encuentran más información sobre la campaña

Y en este enlace pueden encontrar el material que hasta el momento está disponible. 

Campaña Grito Global por la Salud de las Mujeres

 El COVID-19 puso en evidencia que en las políticas públicas del sistema capitalista prevalece una visión homogénea de sus sujetos de intervención (sean estos individuales o colectivos), que presupone que ese sujeto es: sano o no está transcurriendo situaciones especiales de su vida, tiene casa apta para el aislamiento social (acceso a servicios básicos), que cuenta con trabajo estable y con las herramientas para hacer cibertrabajo; un sujeto-familia en donde todos los integrantes adultos tienen las mismas responsabilidades; y esto, hace que una gran parte de las mujeres, estén siendo excluidas y que estén asumiendo cargas extras que deterioran su salud y su proyecto de vida.

 

Construimos piezas y artículos sobre el impacto que tiene la pandemia en la vida y la salud de las mujeres y nos focalizamos en tres temas fundamentalmente: el cuidado, la violencia contra las mujeres y el acceso y garantía de los derechos sexuales y derechos reproductivos.